El Presidente del Gobierno Pedro Sánchez adelanta las elecciones generales al próximo 28 de abril 2019 tras no conseguir la mayoría necesaria para aprobar los Presupuestos Generales del Estado en las Cortes entre otras dificultades en estos siete meses de Gobierno que consiguió tras ganar la moción de censura a Rajoy con los votos de Podemos, PNV, los Independentistas Catalanes y su propio partido PSOE.
Recordamos un análisis grafológico que hizo nuestro colaborador Jesús Barrón hace unos meses a los cuatro líderes más destacados y que serán los que opten el 28 de abril a Presidir el Gobierno de España.
José David Suero.
Pedro Sánchez
Orgulloso- Altanería – Autoexigente y Huidizo
Es significativo que las mayúsculas sobrealzadas del nombre y apellido sean lo más gráficamente visible de la firma de Pedro Sanchez. Estas mayúsculas sobredimensionadas denotan de forma algo desmedida el orgullo y cierto grado de soberbia, con un punto fuerte de autoexigencia (2) observado en los ángulos de las zonas curvas de la inicial de Pedro.
Significativo son las uniones altas (3) denotando inteligencia creativa si bien es cierto que la omisión de determinadas grafías del apellido “Sánchez” indican rapidez, descuido y por qué no decirlo cierto grado de poco compromiso a lo establecido. Es curioso observar como el final del apellido genera un vacío (5) que provoca cierta angustia y cierto vacío en el “quehacer”. A pesar de ello y con todo ello, siente la fuerte necesidad de sentirse protegido del medio que le rodea. Estas defensas relativas en la zona derecha (6) que coinciden con el final de su apellido atisban a la persona que sintiéndose grande siente la necesidad de protegerse de los demás, por lo que denotará cierta inseguridad en el fondo que puede estar súper compensando de forma desmedida en una personalidad desbordante, altanera y sin la necesidad de sentirse apoyado más que por sí mismo.
El pequeño subrayado (4) ya implica una personalidad desbordante, desmesurada que solo se siente segura ante sí mismo, sin ningún tipo de apoyo más que el de sí mismo.
En el fondo se observan rasgos gráficos de grandilocuencia, falta de responsabilidad en las decisiones y fuertes niveles de autoexigencia consigo mismo y mañas complacencias con los demás.
Jesús Barrón.