‘El guardián invisible’, no solo de Música y Fotografía vive el cine

Como en toda obra audiovisual, todos los departamentos implicados son importantes para conseguir un producto que sea honrosamente visible o por lo menos soportable. De todos es sabido (por ejemplo), que si falla el sonido de una película, pues nadie aguantará y se irán de la sala (o últimamente no la verán en su movil, tablet, etc..). Esto se podría aplicar a los demás departamentos: Producción, Guión, Dirección, Interpretación, etc…Pero es curioso como esta regla, más comúnmente en España y más concretamente en nuestra «industria cinematográfica», esto no se cumple y podemos por ejemplo, tener un mal guión y que nadie de las altas esferas se de cuenta de ello y además consigan financiación para hacer la película. Esto es España y las cosas funcionan como funcionan. Mal.

Todo esto lo digo porque parece que absolutamente nadie del equipo de producción de esta película hizo por ejemplo, una memoria detalla de producción, una memoria de dirección, y creo que ni storyboard o una planifiación mínima. Para los que han estudiado en la ECAM ( o ESCAC) y hacen cine en este país, eso no existe. Ellos son creadores superiores, puros, que sólo con su naturaleza y presencia (y la ECAM-ESCAC) pueden hacer grande el cine Español. Los demás, los simples mortales, los que no tuvieron la oportunidad de ir a ECACS o ECAMS, se tienen que chupar semanas rellenado formularios de ministerios, hacer memorias, aportar fotos de localizaciones, bla, bla, bla, que lo único que sirve es para su desánimo, merma de capacidad creativa y ver con el rabillo del ojo como los endiosados directores españoles avanzan a pasos agigantados. Bueno…perdón, que me enrollo. Vamos a lo que vamos.

‘El guardián invisible’ es un ambicioso proyecto que pretende adaptar con éxito las tres novelas de la “Trilogía del Baztán” de la ganadora del Premio Planeta Dolores Redondo. En esta primera, han echo agua. Por lo menos bajo mi punto de vista.

A la película le falta chicha o como podríamos decir de otra forma, le falta entidad. No asusta, no sorprende, no hace reir, es previsible en cada fotograma, no nos interesa nada de lo que pasa y lo más importante, no hay riesgo. ¿Porqué?. Por que detrás hay un director que no sabe lo que tiene entremanos. La película no tiene dos elementos básicos que en última instancia podría controlar el director y que hacen necesaria una buena película; un guión sólido (recordemos que estamos en 2017 y ya hemos visto muchas películas de este estilo, al menos yo) y dirección de actores. A ésta le falta todo. Los diálogos están malísimamente escritos y resultan realmente manidos, por ejemplo los del papel de Paco Tous, un personaje prescindible y que no hace más que repetir cosas que dice la protagonista. El guión continua en la misma línea, son todo situaciones triviales, obvias y lo importante nunca se cuenta al espectador; lo saben los actores por arte de magia. Los flashbacks son demasiado largos y no aportan nada nuevo que no digan en los otros flashbacks. Una escena donde se echa de menos un buen guión es en la aparición del personaje que interpreta Ramón Barea, un personaje que podrían haberlo creado más friki, más gracioso, que aportara humor a la película, pero no, no han arriesgado y han preferido hacer un personaje gris y neutro que bien podría ser eliminado. Otro cartucho gastado. Y así sucesivamente.

Me viene a la memoria por ejemplo, un film similar, ‘El silencio de los corderos’, vean la de Jonathan Demme y vean esta, la primera es buena y la segunda no. Y a modo de información, para que se sepa que el título de director de cine no se obtiene en una universidad o escuela, ‘El silencio de los corderos’ era la película 14º del director americano y tenía 47 años, el director de la española, ésta es su 5ª película y tiene 42 años. Yo ahí lo dejo.

Tampoco sabe Fernando, el capitán del film, aprovechar unos personajes más que tiene el guión. El bosque navarro acampañado del Basajaún (elemento de la mitología vasca y aragonesa). Ese bosque siempre presente, oscuro, vivo, testigo de la trama y que pasa desapercibido junto al ser mitológico; no los utiliza jamás de forma cinematográfica…y eso que él es navarro. Además fíjense en el título: ‘El guardián invisible’. El Basajaún, se hace eso, invisible.

Nunca sabremos las circunstancias, pero de la proyección se aprecia la falta de preparación del producto. Sobre todo en la dirección de actores. Estos actores no han ensayado. Los mejores (Elvira Mínguez, Pedro Casablach, Ramón Barea o Itziar Aizpuru) usan sus trucos para salir del paso y resuelven la escena, pero el resto, incluida Marta Etura, están desorientados y nunca se meten en el film. Ninguna mirada de la protagonista nos refleja el estado de ánimo del personaje. No escuchan y dicen el texto  porque tienen un guión que ponen lo que tienen que decir. Punto, no se complican más. La dirección de actores, chicos, no se aprende en la carrera de Comunicación Audiovisual.

Pero no todo es malo. Todo esto, y como sucede últimamente en el cine español, se enmascara con una excelente fotografía de Flavio Martínez Labiano y una banda sonora notable de Fernando Velázquez que como todo lo bueno del cine, es bueno cuando parece que no está.

Resumiendo. ‘El guardián invisible’ es un producto de usar y tirar, de consumo rápido y producida sólamente por aprovechar el tirón de la venta de libros, como ya hiciera nuestro querido Fernando en su anterior película, ‘Palmeras en la nieve’ en la que ya evidenció una falta de ‘savoir faire’ y que no recaudó tanto como lo esperado después de invertir 10 millones de euros.

Una película más, y que dado a los métodos de producción española, ya estarán preparando la siguiente.

‘El guardián invisible’ se estrena el 3.3.17.

Octavio Lasheras.