Desde siempre, el ser humano, ha intentado verse (y sobre todo, que lo vean) mejor. Este afán por lucir entre el resto va impreso en nuestros genes: los individuos mejor dotados y más atractivos al grupo tienen más posibilidades de aparearse y garantizar su descendencia.
Así se recurre a todo tipo de prácticas en todas las épocas de la Historia. Las matronas romanas, antes de una fiesta, se intoxicaban con belladona para dilatar sus pupilas y aparentar ojos más grandes (aunque eso les hiciese ver borroso) y los famosos baños de leche de burra de Cleopatra son el precursor del actual peeling de ácido láctico.
En la actualidad, para satisfacer esa demanda, existe la Medicina Estética que se ocupa de “la restauración, el mantenimiento y la promoción de la estética, la belleza y la salud, para lo que utiliza prácticas médicas y de pequeño intervencionismo, en las que se emplea anestesia tópica o local y en régimen ambulatorio.”*
Los médicos estéticos empleamos procedimientos poco agresivos que nos permiten lograr cambios en la morfología del rostro y del cuerpo de nuestros pacientes sin necesidad de que exista una patología previa.
Hemos ido incorporando a nuestro arsenal terapeútico distintos productos usados en otras disciplinas médicas o creados especialmente para nuestra actividad. Así la toxina botulínica, utilizada ampliamente en Neurología y Oftalmología, se ha convertido en uno de los productos estrella de nuestra oferta para el tratamiento de arrugas de expresión. O los hilos de PDO (Polidioxanona) usados en cirugía vascular por su flexibilidad, se han convertido en un gran aliado nuestro por su capacidad de inducir la formación de Colágeno y combatir la flaccidez
En sucesivos artículos iremos desgranando tratamientos, productos e indicaciones con el fin de despejar las dudas que existen en el público general sobre estos temas.
Fdo. Javier Romero Conesa
(Médico Estético)
*Fuente: SEME
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Guillermina
16 octubre 2018 a las 19:18
A mi gran profesional: Muchas gracias por su atención y por seguir perfeccionándose para que nosotras nos veamos muy guapas!!!!!! Le deseo muchos éxitos!!!! Guillermina T.
Javier Romero
17 octubre 2018 a las 18:22
Gracias a ti! Otra ventaja de la medicina estética es que se trabaja casi siempre con personas sanas
Marisol Santiago Lozano
17 octubre 2018 a las 18:14
Me han resultado muy curiosas dos cosas del artículo, la primera que Cleopatra y sus famosos baños en leche de burra fueran el precursor de los actuales peeling de ácido láctico y el uso de los hilos (q bien conozco pues los llevo)en cirugía vascular . Tengo que reconocer que era reacia a este tipo de tratamientos pero…… ahora soy una asidua y me encanta !!!!; no hay nada mejor que sentirte cómoda y verse bien por fuera para hacerte sentir bien por dentro. A pesar de lo que la gente dice lo que refleja el espejo importa !!!…. y mucho!!!, no sólo por la demanda externa ( todo el mundo quiere ver gente guapa y cuidada ) si no por uno mismo .
Javier Romero
17 octubre 2018 a las 18:26
Sin llegar a lo patológico (dismorfia) es una pretensión legítima querer verse bien.
Andrea
18 octubre 2018 a las 03:42
Excelente colega y profesional en su capacitación , capacidad y por sobre todo en el gran ser humano que tengo la fortuna de contar entre mis afectos . Porque para ser un “ grande” en lo que uno hace , primero hay que ser “ un gran ser humano” y este es el completo ejemplo del Dr Javier Romero Conesa! No duden en consultarlo!
Javier Romero
18 octubre 2018 a las 13:02
Ves por qué te tengo que querer, colega?