Si algo llama poderosamente la atención del Sr. Abascal es la agilidad grafoescritural que demuestra una propensión a la rapidez, a la velocidad del pensamiento y sobre todo, a la prontitud con la que se mueve y actúa. Es significativo las mayúsculas sobredimensionadas (C) -por encima de la norma-, signo propio de personas orgullosas, y hasta cierto punto, arrogantes; obsérvese el gramma superior en dirección oblicua ascendente de la “E”. Así pues, Santiago Abascal se nos perfila como una personalidad ágil y dinámica, ambiciosa y decidida. La dirección de línea ascendente (D) es signo evidente de lo ante dicho. Por otra parte, su grado de legibilidad en la escritura frente a la ilegibilidad de su firma denota la personalidad proyectada en el plano social y público, reservando su yo más íntimo y protegiéndolo defensivamente para que nadie pueda entrar en él.
Se significan unas uniones por la zona inferior de tipo retraído (B), típico de personalidades que aprovechan las circunstancias y las ocasiones, utilizando de manera extraordinaria el verbo (apertura de los óvalos principalmente las “a”). Si a ello le añadimos un nivel de ansiedad muy alto (espaciamientos en blanco muy grandes) nos confirma a un Santiago un tanto agobiado por las circunstancias que le rodean.
Como dato curioso destacamos por su valor gestual el choque que provoca la última línea con la firma (E), propio de individuos que desean estar muy próximos, invadiendo el espacio del otro –tanto física como psicológicamente-, incursionando en su forma de actuar y como no, haciéndose notar de manera tanto psicológica como físicamente.
Santiago Abascal
Pero… ¿Quién es realmente Abascal? Si la firma es el ser de la personalidad de un sujeto, lo más hondo de ella, y lo más profundo, en esta firma podemos observar a priori una total ilegibilidad signo propio de las personas de difícil acceso, que intentan guardar celosamente quienes realmente son. Signos claros de esta defensa absoluta de su yo, son las defensas relativas (3) por la parte derecha como freno al entorno social, a la intromisión y a ir a “pecho descubierto”. Su irritabilidad es manifiesta cuando se le lleva la contraria, así lo denotan las angulosidades en la zona superior (2), signo propio además de lo indicado, de inteligencia práctica y muy sensible a las críticas. De igual modo el ángulo a la derecha (4) defiende el posicionamiento de reserva de forma irónica y mordaz. Destaca igualmente una firma subrayada y regresiva (5) propio de personalidades con notoriedad y deseos de sentirse apoyadas que tienden a retraer el impulso inicial que demuestran. Autoafirmación (1), reserva, irritabilidad, decisión y notoriedad podrían encuadrar adjetivamente la personalidad enigmática de S. Abascal. Carácter duro, enérgico y algo intransigente donde los haya.
Jesús Barrón